Se lo promocionó en cierta manera como la forma festiva de darle apertura a tan magno evento.
Era la antesala de una fiesta en la que seremos mirados y seguidos por ajedrecistas de muchos países,siendo este pequeño rincón del mundo el foco de su atención por esa primera semana de noviembre.
Y todos los que estuvieron allí disfrutaron de un día alucinante que tuvo una magia singular.
Pero para todos los que vivimos en este suelo, comprobamos que más allá de ser la antesala de la Copa Latinoamericana, fue sin duda un hecho en si mismo.
El ajedrez ocupó un impresionante espacio público, nada menos que en el corazón céntrico de nuestra ciudad, con un despliegue maravilloso de energía y una contagiosa alegría en torno al tablero que se respiraba ni bien se daba algunos pasos en la explanada municipal.
El sol se puso a tono con la fiesta, la cantidad de personas que estuvieron entre las 9 y las 5 de la tarde cuando se fue cerrando la jornada, es muy difícil de calcular con exactitud, pero sobrepasó todo lo esperado ya que hasta los tableros dispuestos para la jornada resultaron escasos en determinado momento y hubo que salir a buscar más.
Las canciones alusivas a nuestras piezas tan queridas, las simultáneas dadas por exquisitos genios del tablero como el cubano Neuris Delgado, la bella Carolina Luján, nuestro Andrés Rodríguez, así como el tan conocido para nosotros Salvador Alonso, los diferentes stand que rodeaban el perímetro con variadas formas para divertirse sobre el tablero, los ajedrez gigantes que en un número de 5 ocupaban enormes espacios, la muestra de ajedrez viviente que se transformó en concurso y premió a los mejores en actuación, trajes y guiones, las partidas de blitz, el lugar para crear, con guías como los estudiantes de bellas artes que lograban que los niños hicieran realidad cosas con telas o goma eva, los que se decidieron seguir experimentando con sus computadoras escolares en la aventura de Ajedrez y Leyendas, y tanto más.
Las canciones alusivas a nuestras piezas tan queridas, las simultáneas dadas por exquisitos genios del tablero como el cubano Neuris Delgado, la bella Carolina Luján, nuestro Andrés Rodríguez, así como el tan conocido para nosotros Salvador Alonso, los diferentes stand que rodeaban el perímetro con variadas formas para divertirse sobre el tablero, los ajedrez gigantes que en un número de 5 ocupaban enormes espacios, la muestra de ajedrez viviente que se transformó en concurso y premió a los mejores en actuación, trajes y guiones, las partidas de blitz, el lugar para crear, con guías como los estudiantes de bellas artes que lograban que los niños hicieran realidad cosas con telas o goma eva, los que se decidieron seguir experimentando con sus computadoras escolares en la aventura de Ajedrez y Leyendas, y tanto más.
Y luego la difusión, el boca a boca, la sorpresa de tantos transeúntes desprevenidos que se pechaban de imprevisto con una invasión de locos por el tablero en pleno corazón de la ciudad, con los medios de comunicación masiva que se hicieron presentes y compartieron esta alegría que sentimos todos, en sus informativos centrales, desplazando por una vez alguna noticia de pesar, por esta que une, convoca y fortalece.
Sin ninguna duda, un lujito.
Las más grandes felicitaciones a todos los responsables que esto haya sido realidad, todos los que queremos lo mejor por el ajedrez sumamente agradecidos.
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